El aumento de la obesidad entre la población, sobretodo en niños y adolescentes, es consecuencia de los malos hábitos de alimentación que actualmente están de moda.
Las «Modas» nos han llevado a abandonar el consumo de frutas y sustituirlo por bollería, snacks, y dulces. La ingesta de agua es mínima, se ha llegado a sustituir en muchos casos por bebidas azucaradas, que además de alejarnos del consumo de agua necesario para el organismo, hacen que nuestras reservas de grasas aumenten y por tanto se favorece el aumento de la obesidad.
Las actividades que los niños y adolescentes desarrollan son cada vez mas unidas al sedentarismo que a promover la actividad física. Además estas actividades sedentarias, van unidas al consumo de comida, snacks y precocinados, que en lugar de saciarnos y alimentarnos, nos abren aun más el apetito lo que hace que consumamos más de estos.
Otro aspecto atener en cuenta es la falta de tiempo y organización para preparar las comidas, lo que hace que cada vez se recurra más a cenas y «comidas rápidas». Sin olvidarnos de desayunos y meriendas. En los que bollerías y panes elaborados con grasas vegetales son sustitutos de frutas, lácteos, panes naturales y aceite de oliva virgen.